LA DISYUNTIVA
PARA EL DOS DE JULIO
Ideas
para provocar… el debate
Ignacio
Pinacho
02-mayo-2006
Varios
camaradas que enarbolamos las banderas de la socialdemocracia hemos venido
manifestando nuestras ideas y preferencias, sin hacerlas públicas, respecto a
los candidatos a la presidencia de la república. En víspera y postrimeras del
debate he decido soltar algunas ideas que para unos podrán resultar
provocadoras y para otros, tal vez, sugestivas. Ya veremos que resulta.
1.- Al
interior de las corrientes de izquierda en nuestro país no hay consenso de
quien de los candidatos actuales puede representar una propuesta cercana a
nuestras posiciones que consideramos son fundamentales para el país. Una buena
parte, si no es que la mayoría, consideran que AMLO representa los ideales de
la izquierda; otros, por lo tanto, consideramos que no. Otros más, que no son
pocos, consideramos que Patricia Mercado se acerca más a los ideales de la
izquierda. Y otra buena parte simplemente considera que no hay candidato que
satisfaga sus ideales y simpatías, incluye a quienes han participado en
diversas experiencias partidarias como a quienes son simpatizantes de Marcos.
2.- En las
elecciones, particularmente para elegir al presidente de la república, al interior
de la militancia de izquierda hay diferentes argumentos para decidir por quien
votar o a quien apoyar. Los muchos lo hacen por identidad partidaria, otros por
sentido estrictamente pragmático: no quieren perder la chamba. Otros más lo
hacen por razones o identidades ideológicas, los hay también por lo que deciden
de acuerdo al nivel de relaciones públicas que sostienen. Un buen sector lo
decide por cuestiones de alianza y programa. También existen, que no son pocos,
aquellos que deciden de acuerdo a razonamientos políticos o en razón de las propuestas que pueden
beneficiar al país.
3.- En las
elecciones del año 2000, se creó un agrupamiento plural de izquierda que
decidió, me incluyo, llamar a votar por Vicente Fox por razones -ya conocidas
por todos- estrictamente políticas y estratégicas.
En estas mismas elecciones otros sectores de la izquierda impulsaron las
candidaturas de Cuahtemoc Cárdenas y Rincón Gallardo. Estas candidaturas
representaron a una izquierda más nacionalista en el primer caso y cargada a la
socialdemocracia en el segundo. Los que decidimos optar por llamar a votar por
Fox fuimos severamente excomulgados por las tribus del PRD. Y hasta la fecha no
dejan de tildarnos que nuestro voto fue inútil, cómo confesándose que hubiese
sido mejor la victoria del PRI y de Labastida.
La decisión de
votar por Vicente Fox fue eminentemente política y estratégica. Para muchos de
nosotros era un prerrequisito para consolidar las reglas democráticas, la
necesidad de que se diera la alternancia en el ejecutivo federal; que el sistema
político autoritario dominante durante 70 años y representado en el PRI
perdiera las elecciones para la presidencia de la república. El candidato que
objetivamente estaba en posibilidades reales de lograrlo era Vicente Fox. De si
Fox no fue consecuente con un gobierno comprometido con las grandes reformas
del estado o de si fue un gobierno ineficiente son cuestiones y motivo de otra
reflexión.
4.- Ahora bien,
quienes desde la izquierda recurrimos más a los argumentos que a los
calificativos para definir nuestras posturas respecto a las elecciones del 2 de
julio de 2006, hoy consideramos indispensable generar y reflexionar en torno a las
ideas que se acerquen a lo que puede ser una posición más congruente con lo que
pensamos y hacemos. Las definiciones no
son sencillas más cuando las campañas y en general la política no está cruzada
por el debate de las ideas. El PRD cerró la posibilidad de un debate entre
Obrador y Cárdenas, en el PT el debate oscilaba entre si apoyaban a Obrador o a
Madrazo, en Convergencia se manejo todos los abanicos posibles, más por
conveniencia que por razonamientos. En Alternativa Socialdemócrata y Campesina
la situación se tornó crítica por la participación de un factor externo, dejándose
a un lado el debate de las ideas.
No obstante
ello, la propia campaña ya nos ha mostrado muchos elementos de juicio y al
contrastarlos con las plataformas de cada candidato me parece que hay
suficientes argumentos para tomar partido y posición respecto a los
contendientes.
5.- De acuerdo
a las nuevas condiciones, problemas y retos que el mundo y el país nos
plantean, me queda claro que ya no es suficiente la interpretación de la
realidad desde el tradicional enfoque izquierda-derecha. Esta división
geométrica e ideológica deja de lado las definiciones y prácticas concretas de
cada partido y candidato. Decir que AMLO es de izquierda, Felipe Calderón de
derecha y Madrazo de centro o demócrata social sirve de poco y de nada a la
vez. Me parece que las prácticas y
propuestas de los partidos y candidatos son más fáciles de caracterizarlas a
partir de lo que las tendencias mundiales marcan, en particular en aquellos
países donde gobierna la socialdemocracia.
6.- Si
nuestras definiciones las limitamos al enfoque ideológico está claro que la
candidatura de Patricia Mercado se acerca a diversos planteamientos de la
socialdemocracia, así como Felipe Calderón es el más liberal en los
planteamientos económicos y políticos. AMLO y Madrazo pueden ser muy liberales
respecto a la laicidad del estado que hizo valer Benito Juárez pero
conservadores en sus planteamientos económicos y políticos. De igual forma
podemos caracterizar a Felipe Calderón como conservador en sus posiciones
respecto al aborto y la eutanasia, y a Roberto Campa como liberal en sus
planteamientos económicos, particularmente.
7.- Roberto
Madrazo, desde un enfoque político, representa las prácticas del viejo régimen
político que nos gobernó durante más de 70 años. Esta definición política lo
descarta de antemano como una alternativa para gobernar al país.
8.- Andrés
Manuel López Obrador, no obstante de ser
apoyado por un partido de izquierda como el PRD, dista de ser un demócrata. El
estilo de gobernar en el DF y la soberbia que lo ha distinguido durante su
campaña así lo demuestran. No es un personaje que crea en los valores y en las
prácticas democráticas. Asumirse como un candidato que desde la presidencia
hará los grandes cambios sin considerar los equilibrios políticos con los otros
poderes, es volver a la concepción y práctica del viejo presidencialismo. Al
mismo tiempo no considera la posibilidad de grandes reformas en materia
económica, ni pone los acentos indispensables en la urgente necesidad de la
aplicación del estado de derecho para garantizar más inversiones. Su visión
social de combate a la pobreza y a la desigualdad dista mucho de un enfoque que
considere indispensable contar con una economía en crecimiento, para generar la
suficiente riqueza y de contar con una política fiscal que grave más a los que
más consumen con una tasa única para todos los productos, tal como la
socialdemocracia en otros países lo plantean.
Pero el
conservadurismo de AMLO no sólo es en materia económica y política, también lo
es en materia de derechos de la mujer y de las minorías sexuales. El personalmente
bloqueo la Ley de convivencia en el DF. Recientemente ante el clero en ningún
momento se pronunció por el aborto como una cuestión excepcional ni por la
eutanasia como un derecho de los enfermos en etapa terminal. Prefirió decirle
al Clero que estos temas los sometería a una consulta popular. ¿Ustedes creen
que el pueblo les concedería estos derechos a las minorías? ¡Pues claro que no!
Lo que nunca entenderá Obrador es que los derechos de las minorías no se
consultan ni se concesionan, se reconocen, se hacen valer y punto.
9.- En Roberto
Campa podemos ver a un personaje bien intencionado y comprometido con las
reformas económicas que el país requiere, pero sin ser un candidato
competitivo.
10.- Finalmente
y sin pretender que estas notas sean un ensayo, sino más bien una provocación
al debate, me parece que la disyuntiva a la que nos enfrentamos los que
reivindicamos los postulados de la socialdemocracia y los que nos preocupan los
grandes problemas nacionales, se reduce a dos candidatos: Patricia Mercado o
Felipe Calderón.
Existen
razones diferentes para votar por cada uno de ellos. En Patricia Mercado
podemos encontrar identidades ideológicas bien definidas, incluidas otras de
carácter económico y social. No hay duda en ello. Además, es indispensable que
un referente socialdemócrata refrende su registro y presencia en la vida política
nacional. En Felipe Calderón podemos encontrar propuestas más sólidas en
materia económica, política y en materia de desarrollo sustentable. Además, los
métodos y los comos para conseguir los objetivos son más claros y realistas. Aunque parezca una provocación,
los planteamientos económicos que hace Felipe Calderón están más cerca de los
postulados que la socialdemocracia Española y Chilena realizaron en épocas de
transición y no los que sostiene la Coalición “por el bien de todos”.
La disyuntiva
está ahí, abramos el debate.
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