martes, 17 de enero de 2012

EL PRD DESPUÉS DE LA ALTERNANCIA


EL PRD DESPUÉS DE LA ALTERNANCIA
Ignacio Pinacho Ramírez
19-07-2000

 1.- La derrota del partido de estado (PRI) el pasado dos de julio, ha sido la contribución mayor de parte de los ciudadanos para dejar atrás el régimen autoritario por uno de carácter democrático. Quienes desde la izquierda, de manera crítica y contracorriente, decidimos pactar e impulsar la candidatura de Vicente Fox le apostamos a que la alternancia no sólo contribuía al fin de un régimen de 71 años, sino también a crear nuevas bases y un mejor clima político para avanzar en una profunda reforma democrática del Estado.
        
La nueva composición del poder legislativo federal y local del D.F., así como la pluralidad en los gobiernos de los Estados y sus respectivas legislaturas es el mejor escenario para los grandes acuerdos, con un equilibrio y distribución de poderes ideal para avanzar en la transición a la democracia de manera pactada. El mandato ciudadano no podía ser mejor, ojalá que las principales fuerzas políticas del País así lo entiendan.

2.- En esta situación política favorable, preocupa como algunos sectores del viejo régimen buscan atrincherarse y hacerle frente al nuevo gobierno desde una lógica feudal y, preocupa más, los pronunciamientos de Cuauhtémoc Cárdenas y de dirigentes connotados del PRD, que apuntan y desean que Vicente Fox se convierta solamente en un moderno conservador neoliberal para justificar sus políticas de resentimiento-enfrentamiento y que la historia les otorgue la razón. Es un pensamiento realmente retardatario que sólo puede contribuir a obstaculizar la transición y dar votos por la derechización del País, cuando la preocupación debe estar enfilada a lograr el objetivo sustancial del origen perredista: La democratización plena del País.

3.- Pensar que una reforma interna es suficiente para reponerse de la derrota del dos de julio es una seria equivocación. La reforma del PRD es impostergable pero no debe esperar a su congreso, inicia con el trazo de una línea política clara, por lo menos de aquí a diciembre, que responda correctamente a los llamados del nuevo presidente electo y a las tareas que exige la construcción del nuevo régimen. Dejar al vaivén las alianzas en el congreso o dejar que el nuevo gobierno asuma en exclusiva todas las asignaturas pendientes en este período de transición es otra grave irresponsabilidad como la que se cometió antes del dos de julio; la visión de estadista no sólo corresponde al nuevo ejecutivo sino también a las oposiciones.

4.- Por el futuro de la democracia y el País, damos votos porque el 8vo. Pleno del IV Consejo Nacional del PRD resuelva la mejor orientación política para el período, la del diálogo, entre todas las fuerzas políticas y el gobierno electo para pactar las prioridades políticas, económicas y sociales del País.

Diversos sectores y actores políticos, reclamamos congruencia al Perredismo Nacional respecto a sus principios democráticos y resoluciones estratégicas que aprobó en su cuarto congreso nacional del 21 de marzo de 1998: Reanudar el diálogo político nacional sobre las tareas de la agenda democrática que logre culminar la transición pactada y pacífica hacia la democracia con la que está comprometida el PRD. El diálogo debe incluir los temas referentes a la política económica y social.
            
Como lo hemos señalado, las condiciones políticas son idóneas para avanzar en ese sentido. La base inicial del diálogo puede ser los acuerdos de los ocho partidos, que Vicente Fox ya pactó con ciudadanos de la izquierda, que lograron en 1999 y que pueden trascender al establecimiento de un nuevo pacto social que tenga como esencia una nueva constitución política republicana.
       
 De la correcta política de las izquierdas en las transiciones a la democracia, observadas en variadas experiencias internacionales, puede surgir una izquierda nueva, moderna, tolerante y fortalecida. En esto estamos.





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