EL
PRD DESPUÉS DE LA ALTERNANCIA
Ignacio
Pinacho Ramírez
19-07-2000
La nueva composición del poder legislativo federal
y local del D.F., así como la pluralidad en los gobiernos de los Estados y sus
respectivas legislaturas es el mejor escenario para los grandes acuerdos, con
un equilibrio y distribución de poderes ideal para avanzar en la transición a
la democracia de manera pactada. El mandato ciudadano no podía ser mejor, ojalá
que las principales fuerzas políticas del País así lo entiendan.
2.- En esta situación política favorable, preocupa
como algunos sectores del viejo régimen buscan atrincherarse y hacerle frente
al nuevo gobierno desde una lógica feudal y, preocupa más, los pronunciamientos
de Cuauhtémoc Cárdenas y de dirigentes connotados del PRD, que apuntan y desean
que Vicente Fox se convierta solamente en un moderno conservador neoliberal
para justificar sus políticas de resentimiento-enfrentamiento y que la historia
les otorgue la razón. Es un pensamiento realmente retardatario que sólo puede
contribuir a obstaculizar la transición y dar votos por la derechización del
País, cuando la preocupación debe estar enfilada a lograr el objetivo
sustancial del origen perredista: La democratización plena del País.
3.- Pensar que una reforma interna es suficiente
para reponerse de la derrota del dos de julio es una seria equivocación. La
reforma del PRD es impostergable pero no debe esperar a su congreso, inicia con
el trazo de una línea política clara, por lo menos de aquí a diciembre, que
responda correctamente a los llamados del nuevo presidente electo y a las
tareas que exige la construcción del nuevo régimen. Dejar al vaivén las alianzas
en el congreso o dejar que el nuevo gobierno asuma en exclusiva todas las
asignaturas pendientes en este período de transición es otra grave
irresponsabilidad como la que se cometió antes del dos de julio; la visión de estadista no sólo
corresponde al nuevo ejecutivo sino también a las oposiciones.
4.- Por el futuro de la democracia y el País,
damos votos porque el 8vo. Pleno del IV Consejo Nacional del PRD resuelva la
mejor orientación política para el período, la del diálogo, entre todas las
fuerzas políticas y el gobierno electo para pactar las prioridades políticas,
económicas y sociales del País.
Diversos sectores y actores políticos, reclamamos
congruencia al Perredismo Nacional respecto a sus principios democráticos y
resoluciones estratégicas que aprobó en su cuarto congreso nacional del 21 de
marzo de 1998: Reanudar el diálogo
político nacional sobre las tareas de la agenda democrática que logre culminar
la transición pactada y pacífica hacia la democracia con la que está comprometida
el PRD. El diálogo debe incluir los temas referentes a la política económica y
social.
Como lo hemos señalado, las condiciones políticas
son idóneas para avanzar en ese sentido. La base inicial del diálogo puede ser
los acuerdos de los ocho partidos, que Vicente Fox ya pactó con ciudadanos de
la izquierda, que lograron en 1999 y que pueden trascender al establecimiento
de un nuevo pacto social que tenga como
esencia una nueva constitución política republicana.
De la correcta
política de las izquierdas en las transiciones a la democracia, observadas en
variadas experiencias internacionales, puede surgir una izquierda nueva,
moderna, tolerante y fortalecida. En esto estamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario