LA CRISIS DEL
PRD: AUSENCIA DE UNA IZQUIERDA MODERNA
09-abril-2009
Quienes
tuvimos la oportunidad de militar en el Partido de la Revolución Democrática,
pudimos observar lo lejos que está el país de contar con un proyecto moderno de
centro izquierda.
El
PRD se conformó, sustancialmente, de dos vertientes: el del nacionalismo
revolucionario de quienes venían del PRI y el de la izquierda comunista y
revolucionaria, proveniente del PMS y de otros grupos políticos. Ambas
tendencias lograron crear al partido de izquierda más desarrollado en nuestro
país, pero sin dejar de ser expresiones autoritarias y predemocráticas en sus
formas de hacer política.
Los
desprendimientos políticos que ha tenido el PRD a largo de sus quince años de
vida, han sido motivados principalmente por las conductas autoritarias de sus
dirigencias, particularmente de su dirigente moral: Cuauhtémoc Cárdenas. En sus
orígenes el perredismo llegó a cautivar a cientos de intelectuales y miembros
del mundo de la cultura y las artes, empero, conforme transcurrió el tiempo el
partido fue siendo dominado por los grandes grupos de interés, la mayoría de
corte populista y corporativista.
Su
ideología, como dice Enrique Semo, se nutre tanto de la resistencia a los
efectos de la globalización como de la negación o la indiferencia hacia las
innovaciones que le dan vida: es un partido predominantemente conservador. Su
experiencia de gobierno más desarrollada se está dando en la Ciudad de México:
es un modelo y estilo de gobierno diferente a los llamados gobiernos
neoliberales pero parecido al de los populistas como el de Hugo Chávez en
Venezuela.
Los graves
actos de corrupción, presentes hoy en el gobierno del Distrito Federal, es una
muestra de que el PRD en el gobierno no
se constituye a partir de un proyecto moderno comprometido con la eficiencia
administrativa, con la democracia y la transparencia. Su política económica y
financiara no plantea de fondo el combate a la desigualdad social; los segundos
puentes sustituyen a toda planeación urbana y al transporte masivo-no
contaminante; la promoción de la cultura y la defensa de las minorías sociales,
que distingue a toda izquierda progresista, no son parte del programa de
gobierno de Obrador.
Al igual
que en otros partidos, en el PRD predominan los caudillismos y cacicazgos por
encima de la institución partidaria; se violentan los derechos de los
militantes; en la elección de los espacios de dirección y en los puestos de
elección popular predominan los criterios de cuota y no el de las trayectorias,
meritos y experiencias de los militantes.
La crisis
del PRD es la oportunidad para que, a su interior y fuera de él, se promueva un
proyecto de centro izquierda que sea capaz de responder a las nuevas
expectativas de los ciudadanos que esperan una visión fresca, democrática,
incluyente y moderna del país. Una izquierda pensante, reformadora,
comprometida con los derechos humanos, con la transparencia y la ley;
congruente con lo que dice defender y lo que hace. En suma, una izquierda
socialdemócrata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario