UNA NUEVA FORMA DE HACER PARTIDO
(Partido-frente)
Ignacio
Pinacho Ramírez
1.-
El concepto de partido-frente o partido arcoíris, deviene de determinadas
experiencias de construcción partidaria, particularmente en América Latina.[1] A diferencia de las categorías clásicas o modelos de partido (partido de clase,
partido ideológico, partido de elites o de masas, etc.), los partidos
frentistas son una nueva forma de organización partidista, cuya característica
principal es la conjunción de un amplio pluralismo político e ideológico con un
funcionamiento y toma de acuerdos a partir del consenso.[2]
2.-
Esta nueva forma de organización ha contribuido para que ciertos referentes
partidistas se traduzcan en un corto tiempo en partidos muy competitivos: PT
Brasileño, FA Uruguayo, PAC de Costa Rica, el partido Democrático Italiano y la
misma Concertación Chilena. En estas experiencias el pluralismo ideológico
también se ha traducido en un amplio pluralismo social, pluri-clasista; donde
conviven diversos liderazgos o movimientos que sintetizan descontentos sociales
derivados de la compleja realidad actual.
3.-
En nuestro país, los partidos -con la excepción del PRI- esencialmente fueron
construidos bajo las premisas clásicas señaladas. En su origen en el PRD se
discutió cierta concepción frentista para regir su vida interna. Incluso, la
Corriente Nueva Izquierda llegó a presentar un proyecto estatutario al
respecto. Sin embargo, el funcionamiento frentista del partido aterrizó esencialmente
en la reglamentación de sus distintas corrientes políticas, cuyo espectro
ideológico se redujo únicamente a la existencia de diversas expresiones de
izquierda.
4.- A reserva de un estudio minucioso del Partido
Revolucionario Institucional, está claro que este partido desde su origen ha
funcionado a partir de grandes acuerdos a su interior, de la existencia de entre
facciones, y entre sectores políticos y sociales. Es una especie de
partido-frente pero con reglas verticales en su funcionamiento. Formalmente
mantiene una estructura vertical de su aparato burocrático, pero funciona a
través de grandes acuerdos políticos entre sus facciones. También podríamos
decir que su base social es pluri-clasista. Estas características, sin duda, lo
siguen colocando y sosteniendo como el partido político más fuerte y
competitivo del país.
5.-
En los últimos 15 años, según datos de Central Política, la vida promedio de los
nuevos partidos ha sido de sólo 14 meses. Y los que han logrado refrendar su
registro cuando contienden por si solos apenas han rebasado el umbral del 2% de
la votación. El PVEM que podríamos considerar un partido temático, pero de
corte familiar, es el único que ha superado el 3 o el 4 por ciento de la
votación; el MC, PT y Nueva Alianza que se consideran partidos más ideológicos
o partidos-negocio, en cada elección constitucional están sometidos a la
presión de sostener su registro. Para la elección de junio de 2015, con la
participación de tres nuevos partidos y el aumento del 3% para preservar el
registro, el escenario de vuelve mucho más complicado, tanto para los partidos
satélites como para los nuevos partidos: Morena, Partido Humanista y Encuentro
Social.
6.- El Partido Humanista,
por su composición ideológica y social, se ubica más dentro del espectro de
partido-frente que se han constituido en otros países, y no dentro de los
modelos clásicos de partido. Su espíritu fundacional que nos llevó a cumplir
exitosamente los requisitos de ley y a convertirnos en un nuevo partido
político nacional estuvo sustentado en la confianza política, en el consenso y
en la colaboración política. Y también en el reconocimiento de que
ideológicamente podemos ser distintos, pero sin que esta característica fuera
un impedimento para construir un partido, esencialmente político y
programático.
7.- Su éxito electoral
seguramente tendrá que ver con la amplitud y profundización de esta concepción
partidaria. Si el PH quiere ser exitoso y, por lo tanto, diferente a los
partidos satélites[3]
obligadamente tiene que abrirse al mayor espectro de fuerzas políticas y
sociales; empero, para que éstas coincidan y se acerquen necesariamente las
reglas de convivencia tienen que ser flexibles adhoc a la cohabitación de corrientes ideológicas y sociales
diversas.
Características
fundamentales:
8.- Un
partido-frente es un sistema y un pacto de funcionamiento, donde cohabitan
organizaciones y corrientes ideológicas y socialmente diversas. Donde cada
fuerza política o social, independientemente de su presencia territorial, tenga
posibilidades de participación en los órganos de representación y decisión,
bajo un formula incluyente, pero sin llegar a la sobrerrepresentación política
de alguna de ellas. Es también y, sobre todo, el reconocimiento mutuo de lo que
cada quien representa, dejando a un lado la concepción hegemónica de dirección
y presidencialista de los partidos autoritarios y tradicionales.
9.-
A diferencia de otras experiencias frentistas, como el PT Brasileño, donde solo
cohabitan expresiones diversas desde la izquierda, en el PH cohabitan -aún de
forma reducida- expresiones de lo que geométricamente conocemos como corrientes
de derecha y un espectro más plural de expresiones de izquierda[4], y
en menos medida del nacionalismo revolucionario. El basamento de la propuesta
no es de hegemonía en torno a una propuesta ideológica, sino, aunque suene
contradictoria, a la cohabitación de varias en torno a un piso común de valores
democráticos y propuestas programáticas.
10.-
La existencia de esta pluralidad y la solidez de este proyecto partidario necesariamente
debe corresponder a los lineamientos establecidos en nuestros actuales
estatutos, y modelar y profundizar otros
más que permitan crear una institucionalidad sólida y de corresponsabilidad
política. Se trata de crear tantas formas de organización partidaria de
conformidad a los distintos intereses y necesidades sociales de las
agrupaciones y ciudadanos. La innovación debe ser una distinción.
11.-
En consecuencia, se eliminan las
figuras de Presidente, Vicepresidente y Secretario General en todos los niveles
de dirección. Las resoluciones que se adopten seguirán siendo por unanimidad,
por consenso[5]
y por mayoría calificada, dependiendo del tema o asunto a resolver. Los órganos
de gobierno deben integrarse a través de dos vías: La representación plural,
que garantice la representación de todas las expresiones y organizaciones
integrantes del partido, sin excepción alguna. Y la otra vía, a través de un
proceso electivo de proporcionalidad pura, que se derivará de la competencia
entre planillas. Estas normas son la mejor garantía para hacer compatible un
sistema de representación de mayorías y minorías, justo y equitativo.
12.- La legalización de un
sistema colegiado de dirección política nos permitirá, al mismo tiempo,
despersonalizar la representación del partido y acotar el protagonismo
mediático de los dirigentes por encima de la institución partidaria. Al mismo
tiempo, se le otorgará un protagonismo a todas las organizaciones o corrientes,
dirigentes y militantes, en la medida que todos tendrán la libertad de
expresión y acción en las líneas políticas y tareas que no son del acuerdo del
conjunto. Las resoluciones institucionales serán dadas a conocer por los
órganos colegiados correspondientes.
En conclusión, las características señaladas son la
base y soporte para crear un partido político inédito y sui géneris, capaz de establecer reglas de convivencia de una pluralidad política que ha
estado excluida del régimen actual de partidos. Un partido que cultive y haga
valer el valor de la tolerancia, como precepto básico y vital del ejercicio
democrático. Esta contribución, sin duda, creará las condiciones para el
surgimiento y desarrollo de una nueva cultura política y la de un partido
realmente diferente.
Julio-agosto de 2014
[1] La innovación
partidista de las izquierdas en
América Latina. (ILDIS-FES) y la Fundación Friedrich-Ebert (FES). Experiencias de construcción partidaria en América
Latina. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD-Bolivia) 2008
e Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral
(International IDEA) 2008.
[2] El
consenso es un proceso de toma de decisiones en grupo. Es un método por el cual
la totalidad de un grupo puede llegar a un acuerdo. Las iniciativas e ideas de
los participantes se agrupan y sintetizan en una decisión final que resulta
aceptable para todos. Por medio del consenso, no sólo se llega a soluciones
mejores, sino que se promueve también el fortalecimiento del sentido de
comunidad y confianza. (http://bit.ly/1ovGo4q)
[3] PARTIDOS NUEVOS, PARTIDOS DIFERENTES. -Partido Acción Ciudadana de Costa Rica y PODEMOS en
España- Ignacio Irys e Ignacio Pinacho. http://bit.ly/1rS29uZ
[5] La decisión por consenso es un
proceso de decisión que busca no solamente el acuerdo de la mayoría de los
participantes, sino también persigue el objetivo de resolver o atenuar las
objeciones de la minoría para alcanzar la decisión más satisfactoria. A la vez
consenso significa: a) un acuerdo general, y b) un proceso para alcanzar dicho
acuerdo. La toma de decisión por consenso trata fundamentalmente del proceso.